Instagram: @Trottaenobra
Bienvenida a "El baúl del arte", esta sección se llama "Las 15 preguntas", vamos a conocerte un poco más, como persona y como artista. ¡Comencemos!
1 - ¿Quién es "Trotta"?
Trotta es una persona vergonzosa, muy vergonzosa y
vulnerable, que se creó un personaje fuerte para protegerse. Creo que empecé a dibujar,
precisamente, porque las líneas me ayudaban a escapar, a crear otros mundos en
donde encontrar cobijo. A mí no me gustaban ni mi nombre ni mi apellido. Pero
un día me empezó a gustar, el "Trtrtrtr" era fuerte, tal como quería ser yo.
Y además, como toda esa boludez de la femineidad la quería desterrar de mi
cuerpo, descubrir que Andrea venía de "Andros", me resultaba todavía más
interesante y estimulador.
2 - ¿Qué es el arte (para vos) y que rol cumple en tu vida?
"El arte, como dijo Charly, es cagarte de frío".
Para mí, si lográs evadir el marcado, el juicio en los salones, los premios, y el temor a la mirada del otro, puede ser una ventana que te muestre otro modo de vivir la vida y habitar esta tierra. Entonces no sé si le puedo llamarlo “arte”, para mí es una manera de ser en el mundo e invitar a otres a vivir en él de un modo diferente.
No encuentro una línea que divida mi vida del “arte”. Son todo parte de una
misma cosa: mi vida.
3 - ¿Cuál es tu primera aproximación a lo artístico?
En mi casa teníamos unas sillas tapizadas de una cuerina
anaranjada que yo había cubierto de monigotes a los dos años, una edad en la
que se supone que estaban todes con el garabato. Nadie las retapizó, al
contrario, los dibujos fueron festejados. Desde ahí no recuerdo haber dejado de
dibujar hasta que terminé la Pueyrredón. Por lo tanto, mi primera vinculación
con el arte quizás haya sido esa habilitación de mi mamá a ejercitar esa manera
tan particular y primitiva de expresión.
4 - ¿Cómo calificarías tu producción artística?
Mi producción
es ecléctica, alborotada, caprichosa, híbrida, a veces intensa, a veces rala, pero
trato de no deberle nada a nadie. Podrán decir que es una porquería, pero es,
por sobre todo, genuina. Hago lo que se me canta.
5 - ¿Quiénes son tus referentes?
¡Uf! Tengo muchos… La última en la que más pienso en este
momento de mi producción es mi abuela Irene. Más allá de mi abuela, que es una
referencia afectiva más que nada, están Juan Carlos Romero, el dadaísmo,
Osvaldo Lamborghini, Macedonio Fernández, Foucault, Liliana Maresca, Paul B.
Preciado y Cristina, entre otres.
6 - ¿Qué te gustaría transmitir al mundo a través de tus obras?
No quiero transmitir nada, no soy periodista. Mi único deseo es que quien vea lo que hago o tenga una charla conmigo pueda aumentar
la potencia de ese motor de querer cambiarlo todo.
7 - ¿Qué genero artístico amas y cual te genera rechazo?
El género artístico que amo es aquel capaz de moverme las dendritas.
Bueno… decir “amo” quizás sea mucho, pero digamos que no hay un
género que me interese más que otros, sino que son las operaciones del o de les
artistas las que me conmueven. Si me dice o me muestra algo que me interese, si
molesta, si incomoda... me gusta.
8 - ¿De qué manera consolidaste tu estilo?
No tengo un estilo, por suerte. Me muevo de acuerdo a mis necesidades.
Si se consolidara algo en mi vida, creo que sería
la muerte. Espero. Lo que sí hay de permanente en mi trabajo son ciertos
intereses, inquietudes y preocupaciones de las que me ocupo, como dije antes,
en cada esfera de mi propia vida. Esas cuestiones son la violencia, las micro-violencias, las memorias que entiendo debemos mantener vivas. Todo eso, hoy,
desde una perspectiva feminista cada vez más consciente y en desarrollo
permanente.
9 - ¿Qué característica tiene que tener una obra para que la consideres buena?
Quizás me interesa, más que la obra, lo que mueve a les
artistas a hacerla. Eso a lo que me refería por ahí arriba, lo de las operaciones,
aquello que la obra promueve. Entonces no hay obras que me parecen buenas o
malas, sino obras que para mí tienen sentido o no tienen ninguno y, por lo
tanto, no me interesan. Y, en todo caso, una obra que considero “buena” es
aquella capaz de sacar de quicio a algún sector que ostente poder, ya sea
religioso, patriarcal, heteronormativo, económico.
10 - ¿Cuál es la obra que te despierta emociones cada vez que la ves?
Hay muchas obras que me despiertan emociones cada vez. Incluso
hay obras que le encuentro nuevos sentidos cada vez. La obra de Piffer, por
ejemplo. Pero hubo una obra que cuando la tuve frente a mí me hizo llorar, o
sea, no eran “emociones” simplemente, sino que me conmovió el alma y fue "El rapto Proserpina" de Bernini.
11 - ¿Qué tuviste que sacrificar por esta carrera?
Nunca sentí que la carrera fuera un sacrificio, o que para hacerla dejaba otra cosa. Al contrario, todo lo que hice en mi vida fue para poder hacer la carrera y dedicarme a producir. Estudié en una de las décadas más duras de la vuelta a la democracia, que fue la de los 90. Muy similar a los 4 años de Macri en muchos aspectos. Cuando tenía trabajo ahorraba y compraba materiales para estudiar. Laburé de cualquier cosa. ¡Hasta me disfracé de pochoclo para pagar mis estudios!. No faltaba nunca a clases, estudiaba en el colectivo, dibujaba en el tren, en cualquier lado. Hice de modelo para unos compañeros que me daban una mano, unos pibes que eran buenísimos con el grafito y la carbonilla.
Como decía por ahí arriba, hoy para mí la producción
artística no se separa de todo lo demás que hago. Dar clases, participar de la
política sindical, coordinar eventos, seminarios, ser integrante de diferentes colectivos
artísticos, escribir y hasta cocinar forma parte de mi cuerpo de obra. Todo es
parte de una misma trama de relaciones, inquietudes y deseos.
12 - ¿Qué te preocupa del mundo?
En este momento lo que más me preocupa es el nivel de acumulación de riquezas al que asistimos, el individualismo penoso, la desigualdad desnuda, casi pornográfica y por tanto muchas veces naturalizada, el avance la derecha más recalcitrante y cómo prenden en este contexto nefasto los relatos conspirativos, las religiones más reaccionarias y los discursos de odio (racial, xenófobos, trasnodiantes y demás). Hubo, en la profundización de este contexto, una crisis los grandes relatos que organizaban y encauzaban nuestros temores, que nos ayudaban a comprender qué rol ocupamos los trabajadores en la trama social y que promovían mentes activas, críticas, con ganas de prender fuego todo. Existe, en cambio, un descreimiento enorme. Y cuando no se cree en nada, se cree finalmente en cualquier cosa. Por eso ves una marcha con dos de pañuelo celeste con uno que quema el barbijo, otra que le teme a los metales de las vacunas y otro con una bandera que dice “Fuera Soros” y “Aguante el terraplanismo”. Todo "mezcludo". Mientras se sientan a hacer videos “demostrando” la “verdad” en todas esas cosas, el 1% más rico del planeta sigue acumulando, sigue acumulando. Esta situación de desigualdad (y me refiero a nivel mundial, no me refiero exclusivamente a la Argentina) y su correlativa infantilización social son lo que me aterra en este momento.
Quizás los feminismos sean en este momento ese gran relato que venga al fin a organizar un poco nuestra cabeza, como un suero que nos ayude a reagruparnos para, no sólo resistir a todo este horror que nos atomiza, sino para darle pelea. Y la producción artística debería poner el ojo ahí, acompañar o brindar nuevas líneas de fuga.
13 - ¿Qué sueño te gustaría cumplir?
Voy por uno posible, que esté en mis manos: dedicarme a viajar y a escribir cuando me jubile.
No es EL sueño, pero es algo que deseo hacer y quisiera poder cumplir. Si me pongo en modo optimista: quiero cambiar el mundo por otro justo, libre y soberano.
14 - ¿Qué te genera la idea de la muerte?
Me siento horrible. A veces pienso que no pasa nada, total
te morís y ya no sabés más. Y otras veces me da miedo. No me gusta la vejez,
aparte. Esta sociedad odia a las viejas
y es un bajón, porque encima yo odio las cirugías y los amigos, varones cis que
hablan con la “e”, te enrostran sus amantes veinteañeras. Y yo que trato y
trato de deconstruirme, pero me miro las arrugas y me quiero matar. En fin. No
quiero ni pensar en la muerte. Mientras, vivo, con arrugas y todo.
15 – Para finalizar ¿Qué consejo le darías a alguien que está comenzando esta carrera?
Les diría que, si están más interesados en el título, en las calificaciones, en zafar y aprender todo por ósmosis, van derecho al fracaso, que no van a ser siquiera buenos y buenas maestras de plástica.
En cambio, si están dispuestos a entregarse con todo su cuerpo, apasionadamente, con un objetivo más allá de sí mismos, entendiendo que ni una carrera ni un título los convierte en nada per se, que son las formas en que se vinculen las que valen, que no es la técnica con que elijan expresarse, sino aquello que quieran expresar lo que tiene algún sentido que le importe y le sirva a otres, no sólo van a ser buenos y buenas maestras y/o artistas, además podrán ser mejores personas.
O sea, que si se vive como una “carrera” no van a llegar a ninguna parte, no van a ganar nada. Si se vive con intensidad, como parte de la vida que quieren vivir, ya ganaron.
Las producciones de Andrea Trotta pueden encontrarse en:
Este blog es un proyecto independiente, cuyo fin es dar visibilidad a artistas emergentes.
Si te gustó la entrevista podes ayudarme a través de un cafecito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.